Lo sabemos. Decorar, a veces, llega a ser todo un arte. Nuestro hogar es un templo y, como tal, debemos llenarlo de vida y color. Ahora más que nunca, le damos una especial importancia al detalle del arte en las viviendas. En este artículo, pondremos especial atención a los cuadros abstractos como elemento decorativo.

Introducción al arte abstracto

De un tiempo a esta parte, decorar con cuadros abstractos se ha convertido en todo un must. Colores, líneas y formas que se unen, mezclan y bifurcan para dar lugar a preciosas obras pictóricas. La pintura abstracta nos propone un viaje interesante, lleno de colores y nuevas sensaciones.

Decorar nuestro hogar con cuadros abstractos nos dará la oportunidad de combinar un amplio abanico de colores, sin perder el toque elegante que buscas. Además, al tratarse de obras que no representan figuras o referencias reales, resultará mucho más sencillo jugar con sus formas y colores.

Cómo elegir arte abstracto para tu decoración

Primero que todo, será importante recordar que el cuadro que escojas formará parte de un espacio cotidiano. Esto significa que deberás pensar que la obra que escojas la verás a diario y deberá gustarte de verdad.
Junto a esto, hay 3 puntos clave que hay que tener en cuenta a la hora de adquirir un cuadro abstracto:

  • El papel del cuadro en la estancia. Partiendo del punto de que el arte abstracto se basa en los colores y las formas, habrá que tener muy en cuenta el resto de elementos que se encuentren en la estancia a decorar. ¿Un marco dorado o un marco negro? ¡Cada pequeño detalle importa!
  • Valorar el punto focal decorativo. Este aspecto será esencial para elegir el cuadro abstracto perfecto. Las obras con estas características suelen destacar en cualquier espacio y esto significa que se convertirá en el punto focal decorativo de cualquier estancia.
  • El tamaño. Puesto que ya hemos visto que la obra escogida será el foco principal de ese espacio, deberás prestar atención el tamaño. También podrás escoger otras formatos que quizás se ajusten mejor a tu estancia como un tríptico o un cuadro tríptico.

Tres trucos para decorar con cuadros abstractos

Ahora que ya tenemos toda la información que necesitamos, ha llegado el momento… ¿qué detalles faltan para acertar de lleno?

  1. Presta atención a los colores. Es esencial que escojas un patrón de colores acorde a todos los elementos que formen parte de la estancia a decorar. No caigas en el clásico error de pensar que, porque estás comprando un cuadro abstracto, puedes colgarlo en cualquier lugar. Sillas, paredes, lámparas… Deberás tener en cuenta cada elemento.
  2. La luminosidad es importante. Una sala cambia radicalmente si posee una iluminación u otra. Por ejemplo, si nuestra estancia cuenta con muy poca luz, será mejor que optes por piezas más coloreadas y vibrantes. Sin embargo, si contamos con una habitación muy bien iluminada, no necesitarás adquirir una pieza tan llamativa.
  3. La proporción lo es todo. Hay que respetar la proporción y tamaño, adecuando tu cuadro abstracto a las dimensiones del espacio. Por ejemplo, si queremos colocar nuestro cuadro abstracto sobre un mueble, este siempre deberá ser más grande que el propio cuadro. Por otro lado, si quieres colgar tu cuadro abstracto en la pared del sofá, no olvides que nunca se deberá sobrepasar el tamaño del mueble.

Como ya hemos visto, las posibilidades son prácticamente infinitas cuando hablamos de cuadros abstractos. Siguiendo estos consejos y, con un poco de imaginación, conseguirás decorar tu estancia con preciosos y originales cuadros abstractos.

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